Por Mariano Martín Muñoz, 15 de enero.
Partidazo de la selección. Partidazo de Argentina. A tener en cuenta que Polonia es un equipo poderosísimo (jugadores en dos de los tres mejores equipos de la Bundesliga, Jurckiewicz en el Ciudad Real, y muchos son la base del Kielce (mejor equipo Polaco, que le juega de igual a igual a los mejores equipos del mundo en la Champions).
El primer tiempo encontró a la 6-0 polaca muy bien parada (como era de esperarse, con M. Jureki y Siodmiak en el medio castigando), y con un Szmal muy seguro con los lanzamientos externos. Por ello Argentina solo convirtió 2 goles en 20 minutos de juego. Sin embargo Argentina defendía bien, muy agresivo y apremiando a los atacantes polacos.
Clave en este primer tiempo (así como en el segundo también), las superioridades numéricas. Porque Argentina no las podía aprovechar en ataque, pero en defensa lograba recuperar la bola. Y Polonia las que tuvo hizo las cosas más que sencillas para lograr buenos parciales.
En el segundo tiempo las cosas fueron más o menos similares. Pero Argentina cambió el orden que le da S. Simonet en el medio por la desfachatez de su hermano. Y Fede Vieyra de a poco empezó a lastimar con su lanzamiento. Pero lo más importante fue que Argentina nunca dejó de defender. Kogovsek fue muy importante recuperando buena cantidad de balones y corriendo. Y lo de M. Schulzs volvió a ser fantástico, con paradas fundamentales e impresionantes.
Sobre el final recién Argentina pudo achicar diferencias y si bien faltó muy poquito para la hazaña, lo hecho fue tremendamente meritorio.
No es poco jugar de igual a igual a un equipo de esta magnitud. Tenemos mucho para seguir soñando.