domingo, 23 de enero de 2011


Cuando en Dinamarca se registraba oficialmente el primer partido de handball, en Argentina prácticamente ni se empezaba a jugar al futbol.
Este dato estadístico, secundario a la hora de marcar realidades, dá una pauta de cuánto camino han recorrido unos y otros antes de verse las caras en Suecia.
Los daneses llegaron a este encuentro con el mejor récord del torneo, bajando ni más ni menos que a los croatas en la fase inicial y siendo, tras derrotar a los nuestros, el primer semifinalista del mundial.
Pero Argentina, que ayer había salido totalmente desdibujado de Malmo, hoy volvió a ser la Argentina que han padecido en los últimos 14 días los franceses, coreanos, polacos, eslovacos y suecos.
Un equipo que se sintió tocado y que salió a dejar todo. Aún cuando varios casos de gripe le pasan factura en la forma física. Aún cuando ya son siete las batallas acumuladas, más dos amistosos exigentes, prácticamente todos de un enorme desgaste físico y emocional.

Hoy los Gladiadores volvieron a ser bien ásperos en defensa, yendo al contacto, raspando, mandando para atrás a una primera línea danesa que no sólo resuelve de manera individual. Juegan con una concepción colectiva que hace que siempre tengan un pase más. Todo con un despliegue altamente estético en el tratamiento del balón.
Pero Argentina lo incomodó. Lo apuró y porque no decirlo, lo preocupó.
Hoy con un Negro García que con doce paradas, está demostrando que sólo el descomunal nivel de Matías Schulz lo relegaba al banco. Con un desempeño muy parejo de toda la plantilla. Algo que se evidencia en el gran reparto del goleo albiceleste. Para más datos, faltando menos de diez minutos, Argentina tuvo dos posesiones para ponerse a un gol. Sí, con el equipo que dificilmente sea menos que Plata en este podio y que hoy fue más que local en Malmo.

Es tiempo de recuperarse. Físicamente antes que nada. Viene bárbaro este lunes de descanso para empezar otro minitorneo para los nuestros. El martes hay que cerrar la Main Round con Serbia, a quien se le fue el partido con Polonia en el último sablazo de Bielecky. Si Argentina por lo menos empata, jugará el partido por el noveno puesto. En caso de derrota será por el undécimo, lo que de todos modos marca un mundial altamente positivo.
Amigos, hemos regresado a la buena senda. Después de un partido en el que no salió nada, hoy volvimos a darle un mensaje al primer mundo del handball. Un mensaje de corte emocional pero también handbolístico. Donde vuelve a hacerse carne esa sensación de que Argentina te come el hígado en defensa, te corre todo el partido, te vuelve loco con sus bajitos y, fundamentalmente, no le tiene miedo a nada ni a nadie. Ni siquiera a un grandanés que está casi mejor que todos en este mundial, jugando así a este deporte desde antes que en Argentina existiera el balompié.
Fuente: Hernan Di Lorenzi, Handball de Primera.