ARG-HUN, mundial Juniors masculino.
Muy bien hoy, Argentina.
A pesar del 28-21 final que no le hace honor al trámite del partido durante 55 minutos.
Porque Hungría por momentos la pasó mal.
Argentina le quitó fluidez. La mandó para atrás.
Se habían ido al descanso con los europeos 14-12 arriba, pero metidos en un lío.
Porque Argentina "olió sangre" y salió a marcar nuevamente con bravura, hoy con el sustento de Soliani, con varias atajadas de alto impacto.
Argentina estuvo a tiro hasta los últimos minutos.
Yendo para adelante. Creyendo. Empujando y forzando.
Consciente de sus limitaciones pero también de sus fortalezas.
Una vez más el tandem Simonet-Baronetto fue desequilibrante, con 15 de los 21 tantos del equipo. Quizá demasiado. Los méritos colectivos en el plano defensivo necesitan imperiosamente su correlato con el ataque. Fundamentalmente de la segunda línea.
Si lo viste, sabés que fue un gran partido de Argentina.
Es una derrota que no duele.
Porque no cambia la escena del Grupo C.
Pero fundamentalmente porque le dá todavía más confianza al equipo, después de la gran victoria sobre Corea.
Ojo, no comemos vidrio.
Europa sigue muy lejos en todo concepto.
No sólo de este equipo.
Conceptualmente no hay mayores razones para sustentar que un equipo amateur de estas latitudes le quiera ganar a los de allá.
Pero hay grupos humanos que con humildad y convicción desafían la lógica.
El sábado (16s) el rival será Bosnia. Si Corea no gana su partido previo con los húngaros, nada le quitará a los de Milano su lugar en Octavos de Final. Lo merecen.
Están haciendo un muy buen mundial.