martes, 14 de abril de 2015

Ceremonia de Despedida al Playon Roberto Casuso, Domingo 12/04/2015.



Introduccion, nota de la Subcomision de Handball leida por Carla Carrara, ex jugadora de Ferro Carril Oeste, madre de tres jugadores y miembro de la subcomision.

En los últimos tiempos muchas cosas cambiaron en Ferro. El club volvió a ser de los socios y se multiplicaron los proyectos, las ideas y también los compromisos.
Los aires de cambio también llegaron al handball y hoy nos encontramos todos reunidos para despedirnos de vos, PLAYON.
Ayer se jugó la última tira de varones y hoy la última de las chicas.
A partir de mañana todo seguirá como hasta ahora, pero en otro escenario.
Y vos PLAYON  de a poquito te vas a convertir en ese estadio que constituyó siempre el gran sueño de todos.
Pensar que tantas veces nos enojamos con vos: por el clima, por el piso, por las luces, por los bichos… Y ahora al pensar en dejarte, se nos estruja el corazón.
Acá hice mi primer suspendido, acá metí mi primer gol, acá entendí lo que significaba el “Hurra”, acá un día tiré un fly, acá votamos a los capitanes,  acá dimos una vuelta olímpica.
Mi entrenador dirigió un partido por primera vez; mi entrenadora dio su primera clase de handball.
Acá mi mamá se cansó de cebar mates mientras me esperaba, acá mi papá se recibió de parrillero. Acá mis abuelos se pasaban las tardes sentados sin entender mucho de qué se trataba este juego. Acá mis hermanitos esperaban que llegara el entre tiempo para meterse un rato a pelotear.
Aprendí a llegar temprano, a cuidar los materiales, a respetar los lugares en la fila.
En el PLAYON alenté a mis compañeros de otras categorías, festejé todos los egresos, inventé cantitos para los partidos más picantes.
Y secamos el piso, y atendimos el buffet, y colgamos el tablero, y te pintamos una y mil veces.
Pasé mi infancia, mi adolescencia, mi juventud. Ahora traigo a mis hijos, a mis sobrinos a algún amiguito del barrio.
En el PLAYÓN entendí lo que era ser parte de un equipo, lo que significaba ponerse esta camiseta, lo que se sentía al defender estos colores.
Acá conocí a mis amigos, a los mejores, a los que de verdad son para toda la vida. Acá me enamoré. Acá lloré tantas veces: porque erré un penal, porque perdí un campeonato, porque me lesioné, porque alguien decidía dejar de jugar.
Por este PLAYON pasó Roberto Casuso, quien nos enseñó todo y mucho más
Por este PLAYON pasó Tomás Kusminsky, quien nos dejó para siempre grabado lo que significa la pasión.

La tribuna, las redes, la utilería, el buffet, el cuartito, la puerta azul, el rincón donde nace el viento, la sombra de la torre de luz.
Los cumpleaños, los Piscolabis, los partidos de fútbol, la captación de la colonia, las pre temporadas
Y los entrenamientos: con frío, con sol, de día, de noche. Siempre entrenando, siempre intentando mejorar, siempre queriendo crecer como jugadores.
Y los partidos. Todos y cada uno están en mi memoria.
Como está presente la emoción de ponerse la camiseta y entrar a mi PLAYON y al pisarlo sentir que soy capaz de todo.
Porque Ferro es así, y el PLAYON es así.  “Es un sentimiento, no traten de entenderlo…”
Ojalá que dentro de un tiempito no muy largo nos juntemos todos otra vez para inaugurar nuestro estadio.
Pero hoy es día de despedida. Hoy no podemos evitar tanta nostalgia.
Se termina una era. La era del PLAYON.

Y cómo te vamos a extrañar!!!!!

Carta de Victoria Crivelli, jugadora de toda la vida de Ferro Carril Oeste y en la actualidad de gira con la Seleccion Argentina por Hungria:

Hoy me toca estar lejos en la despedida de nuestro playón, bastante triste por no poder compartirlo con todos ustedes, la familia del handball de Ferro, pero entendí que los sueños requieren sacrificios, y no estar hoy acá para mí es uno de ellos. Porque de hecho este sueño que hoy me toca perseguir empezó acá, en el playón, como tantos otros que tuve y que tengo, como todos los de ustedes también. Todo siempre empieza y termina acá. Porque si se ponen a pensar lo que hacemos en este lugar es soñar, pelear por algo que queremos que pase, prepararnos para eso. Todas las semanas para el partido del sábado o el domingo, algunos meses también para algún torneo especial como los nacionales o Super 4. Y después eso termina, se logra o no se logra, pero siempre volvemos acá, a nuestra casa, tristes o contentos pero siempre estamos arrancando una nueva semana entrenando en nuestro lugar, todos juntos. No nos imaginamos que pasen dos días sin pisar este verde. Por eso durante el verano inventamos excusas, asados, partidos de futbol, lo que sea para seguir viniendo, por eso desde chiquitos cualquier tarde libre era buen momento para venir a pasar un rato , jugando a la pelota o trepándonos a la locomotora, lo que sea, siempre elegimos estar acá porque siempre fue nuestro lugar.
   Cada una de las personas que hoy vino tiene historias para contar sobre el playón. Emociona ver como en las redes sociales cada uno de nosotros tuvo algo para decir, para dedicarle a esta que es nuestra casa. Largas camadas de jugadores movilizados, queriendo sumarse y aportar anécdotas o vivencias. Pero se imaginan todas las que el playón debe tener guardadas sobre nosotros entre sus paredes? Este lugar que vio pasar tantos jugadores, tantos partidos, tantos entrenamientos, algunas vueltas olímpicas, varios llantos, partidos de día al rayo del sol, partidos de noche rogando que no nos informen la cancha por falta de luz, los mediodías de sábado o domingo comiendo una bondiolita en la parrilla, este playón que vio a las chicas ir a ver los partidos y entrenamientos de los varones, y a ellos haciendo lo mismo, este playón que vio a los más chicos corriendo a agarrar una pelota para entrar a tirar al arco en los entretiempos, este playón que vio a una camada casi tener que despedirse antes de tiempo, y que se lleno de gente para que esto no pase, este playón que vivió los piscolabis, la oportunidad que tenemos durante el año para por fin estar todos juntos. 
   Todos momentos que para nosotros son únicos,  porque en este lugar todos crecimos, raspándonos las rodillas, quemándonos la suela de las zapatillas, esquivando los bichos, acostumbrándonos al olor de Morixe, rompiendo pantalones, muriendonos de frìo en el extremo donde nace el viento, enojándonos si nos fuimos doloridos porque una de las grietas nos hizo doblar un tobillo o viviendo la desilusión de prepararnos toda la semana y que el fin de semana la lluvia cancele el partido.
    Pero alguien que estè acá se arrepiente de haber pasado por todo eso? Cómo le explicamos a la gente de afuera lo que es el playón para nosotros? Cómo explicar que como dijo mi hermano, llega el fin del día y lo único que estamos esperando es ir a morirnos de calor o de frío a ese lugar para olvidarnos de todos los problemas, que cada vez que algún jugador de otro equipo lo criticó nos dolió en el alma como si estuviesen hablando mal de algún amigo nuestro, que preferimos jugar acá antes que el parquet de Quilmes o con las tribunas de Ballester, no nos pregunten por qué, si igual nadie lo va a entender.
   Todas las adversidades que tiene este playón nos hizo quererlo aun más, nos hizo unirnos aún mas, nos hizo pensar que en tiempos donde todo el mundo se identifica con algo o alguien por el odio hacia alguna otra cosa o persona, nosotros nos identificamos con este playón por el amor, el compromiso, la alegría, la amistad y la pasión. En tiempos donde el valor de la identidad es tan difícil de encontrar, este club, y este playón sobretodo, nos hace sentir parte de algo, cómodos, felices y en casa
   Y así fue crecimos, y el playón creció con nosotros, ahora le toca dar el gran salto.

Y como al principio hablé de los sacrificios que tienen los sueños, hoy nuestro sacrificio es este, despedirnos de nuestro amado playón para dar lugar al sueño de ser locales en nuestro club.
   Me quedo con las palabras de Maico, diciendo que donde estemos nosotros, la familia del handball de Ferro, siempre va a estar EL PLAYÓN, y es nuestro deber transmitir los valores que acá se nos enseñaron.
   Hoy nos sentimos tristes pero tenemos que estar seguros de que lo mejor está por venir
   Gracias al playón, porque como dijo mi amiga Chuchi, acá lo encontramos todo.

Victoria.-