Durante el partido de hoy se pudo apreciar a un equipo argentino dejando
todo, como la famosa expresión lo requiere. Quedó clarísimo, y lo vimos en
la piel de nuestros jugadores, lo duro que es un Mundial. Pero un mundial
jugado de esta forma y con esta intensidad.
Hay equipos que van al mundial a hacer experiencia, o que se conforman con
ganar un partido. Sin embargo este equipo argentino fue mucho más allá,
planteó todos los partidos de igual a igual. Los que ganó como con Suecia,
Eslovaquia y Chile, el que empató con Corea y los que perdió con Dinamarca,
Polonia, Croacia y Serbia; pero en todos el denominador común fue la entrega
y la intensidad. El equipo de Gallardo y Milano jugó en igualdad de
condiciones los 60 minutos, y ese desgaste hoy pasó factura.
No son muchos los equipos que tienen la capacidad de plantear un mundial de
esta forma, Argentina no descansó nunca, ni ganando ni perdiendo, siempre
con los dientes apretados y yendo para adelante. Cada partido es una
posibilidad de éxito y eso en nuestra cultura handbolística no siempre fue
así, años atrás nos sentábamos frente a la tele mas a ver tirar a los
europeos que a ver a los nuestros, hoy esperamos cada atajada Schulz con
ilusión, vibramos con los lanzamientos de Vieyra y Vidal y deliramos con la
magia de los hermanos Simonet. Y todo en el mas exigente de los níveles
técnico, táctico, físico y psicológico, toda una hazaña para nuestro
handball nacional.
Serbia parecía el rival más accesible de la Main Round, sin embargo la
escuela yugoslava siempre presente nos presentó un duro partido. Con un gran
nivel de sus dos arqueros y sin tanta prolijidad para el juego posicional
por momentos defendió bien y contra atacó y por otros no tanto. Su goleador
no lastimó demasiado y chocaron en numerosas oportunidades contra el gigante
del arco argentino Matías Schulz, que evidenció que su nivel no es ninguna
casualidad.
El partido fue siempre parejo, quizás Argentina no pudo sacar mucho provecho
de las superioridades numéricas con las que contó y la claridad de su juego
se vio disminuida, el cansancio era evidente en la toma de decisión y de esa
forma se perdieron varias pelotas. Así y todo la actitud del equipo fue
impecable y eso le permitió al equipo llegar hasta el último segundo y con
el tiempo cumplido también con chances de llevarse el empate que lo
beneficiaba.
Por primera vez en la historia Argentina disputó un Mundial teniendo
posibilidades en todos los partidos, el único rival que sacó una diferencia
significativa fue Croacia, con el resto siempre fue equitativo, se pudieron
haber ganado algunos partidos mas, se podrían haber perdido otros tantos, lo
importante es lo realizado por estos jugadores que nos representan con
orgullo cada vez que salen a la cancha. Quienes amamos este deporte y
comprendemos la trascendencia del logro jamás empañaremos con delirios
exitistas lo conseguido por este equipo y este cuerpo técnico, sólo palabras
de agradecimiento y orgullo, es mas como diría Serrat palabras de amor, para
quienes lo dieron todo en nombre del handball argentino
Bruno Ferrari
www.pasionhandball.blogspot.com
Publicado tambien en Diario Asobal.